A medida que la detección de temperatura se convierte en una práctica estándar en los espacios públicos durante la pandemia en curso, muchos han cuestionado la fiabilidad de los termómetros infrarrojos de frente. ¿Cómo funcionan estos dispositivos? ¿Qué garantiza su precisión? Este artículo examina la tecnología detrás de estas herramientas esenciales.
La termometría infrarroja ofrece dos ventajas críticas: funcionamiento sin contacto y respuesta rápida. Las mediciones tardan solo milisegundos, lo que elimina los riesgos de contaminación cruzada asociados con los termómetros de contacto. Sin embargo, no todos los dispositivos infrarrojos son adecuados para la detección de temperatura humana. Los termómetros infrarrojos industriales, diseñados para diferentes propósitos, nunca deben usarse para aplicaciones médicas.
Al elegir un termómetro infrarrojo de frente, los estándares de la industria brindan una guía esencial. El estándar ASTM E 1965-98 especifica que los dispositivos destinados a la medición de la temperatura de la piel deben mantener una precisión dentro de ±0,3°C (±0,54°F). Para los termómetros de oído, el requisito se reduce a ±0,2°C (±0,36°F). Estas especificaciones garantizan una detección fiable de la fiebre durante los exámenes de salud.
Los profesionales médicos deben comprender la distinción entre la temperatura de la piel y la temperatura corporal central. Los termómetros médicos aprobados por la FDA suelen presentar modos "ajustado" y "sin ajustar". El modo ajustado compensa la diferencia entre la temperatura de la piel y la temperatura central, mientras que el modo sin ajustar facilita la calibración.
En el modo sin ajustar, las lecturas pueden aparecer aproximadamente 3°C (5,4°F) más bajas que la temperatura central real debido a esta variación natural. Factores adicionales como los patrones individuales de flujo sanguíneo, la transpiración y la temperatura ambiente pueden influir aún más en las mediciones. Cuando la detección revela una posible fiebre, sigue siendo aconsejable la confirmación con termómetros de contacto.
Todos los objetos emiten energía infrarroja proporcional a su temperatura. Los termómetros infrarrojos capturan esta energía a través de sistemas ópticos que la enfocan en sensores especializados. Luego, los componentes electrónicos convierten estas señales en lecturas de temperatura. Contrariamente a algunas ideas erróneas, estos dispositivos miden la radiación térmica, no las emisiones láser. Si bien algunos modelos industriales incluyen punteros láser para apuntar, los termómetros médicos suelen omitir esta función para eliminar los problemas de seguridad ocular.
Las afirmaciones de que los termómetros infrarrojos pueden dañar el cerebro no tienen fundamento científico. Estos dispositivos funcionan de forma pasiva, simplemente detectando en lugar de emitir energía. Incluso los modelos con láseres de puntería no representan ningún riesgo cuando se utilizan correctamente, aunque siempre se debe evitar la exposición directa a los ojos.
Los sofisticados sistemas de detección de fiebre emplean cámaras termográficas para escanear a las personas que ingresan a las instalaciones. Las configuraciones más avanzadas incorporan fuentes de radiación de cuerpo negro, objetos con temperaturas y propiedades de emisión precisamente conocidas, para mantener la precisión de la medición. A diferencia de los termómetros de un solo punto, las cámaras térmicas generan mapas de calor detallados de sus sujetos.
Los procedimientos de calibración y verificación son esenciales para una detección de temperatura fiable. Tres factores clave influyen en el rendimiento del termómetro infrarrojo:
Las comprobaciones periódicas de calibración mantienen la precisión del termómetro. Un proceso de verificación estándar implica:
La calibración adecuada requiere la comprensión de las especificaciones técnicas y los principios de funcionamiento de estos instrumentos. Si bien los métodos simplificados que utilizan calibradores de placa plana proporcionan una verificación básica, los enfoques más sofisticados producen una mayor precisión para aplicaciones médicas críticas.